jueves, 7 de marzo de 2013

La Televisión como formadora de la sociedad


En esta entrega hablaremos de algunos de los elementos clave que debe tener la televisión educativa,  para que pueda lograr cautivar al público.   Pero ya no solo en el escenario escolar y viéndola desde la perspectiva de la educación curricular,  si no desde su función como medio de comunicación público y desde la perspectiva de su labor como formadora de la sociedad en general, ya que es esta una de sus funciones principales como medio de comunicación de masas.
  
Sobre este tópico el crítico de televisión Omar Rincón nos plantea un manual muy interesante llamado Los 10 mandamientos para hacer televisión educativa. Hablaré de algunos de ellos que entiendo son claves para comprender el papel de la televisión al educar al público.

Los tres primeros se refieren a la importancia de que se use el lenguaje audiovisual para contar los contenidos de televisión educativa.  “La Televisión ha demostrado que es una máquina eficiente para contar historias” afirma Rincón.

Por lo tanto cualquier tipo de mensaje, moraleja, enseñanza, postura, teoría o contenido en general que quiera transmitirse a través de la televisión debe ser contado con la narrativa audiovisual propia de la televisión.  Debe convertirse en un cuento y, por supuesto, debe estar bien contado, utilizando los elementos que conforman una estructura narrativa para que logre atrapar a la audiencia.

Esto concuerda con lo expresado por la autora Magdalena Albero, en Infancia y televisión educativa en el contexto multimedia.
“La Televisión es narrativa. La narrativa es, además, algo presente en todas las culturas…y la televisión recoge para sus historias los elementos fundamentales de toda narrativa: la lucha entre el bien y el mal, los héroes, los obstáculos, los momentos de clímax, la resolución de los conflictos.”

El cuarto mandamiento propuesto por Omar Rincón afirma “…La televisión es educativa cuando es escenario del diálogo intercultural…”   La televisión nos presenta en sus historias modelos sociales, es decir formas de ver y entender el mundo del grupo socio cultural en el cual esté contextualizada la historia.  Esto convierte a la televisión en una especie de ventana a través de la cual los diferentes sectores de la sociedad pueden conocerse y reconocerse unos a otros, de tal forma que puedan entender sus diferentes realidades y visiones del mundo y dialogar entre sí.   Esto evita que nuestra imagen de “esos otros” se limite a lo que creemos que son y nos lleva a asomarnos a  su realidad y aprender lo valioso en que hay en ellos.  Sin duda, es este un gran aporte educativo que puede y debe hacerle la televisión a la sociedad.

Por último en el mandamiento número diez Omar Rincón afirma que: “…la televisión es educativa en cuanto genere proyectos de interactividad con la comunidad educativa…”  los programas de televisión deben pensarse desde su concepción como parte de la red de aplicaciones y medios que conforman el panorama de la web 2.0.  Es decir que hay que pensar como se conectará con Internet, con un video juego, con las redes sociales, las wikis, los blogs, donde se almacenará para que pueda ser visionada en línea, etc. 

En ese proceso de concepción debe tenerse como insumo clave las necesidades y expectativas de aquellos que son los actores principales del proceso educativo día a día: los docentes y alumnos.  Su participación antes, durante y después del proceso de creación de un programa de televisión es clave, para que esté acorde con la realidad, logre la generación de sentido, abra espacios de participación, permita la colaboración y el feed back, con lo cual se amplían sus posibilidades de mayor impacto y perdurabilidad en el tiempo.  

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